◘ PROGRAMA NACIONAL ALIMENTARIO (PRONAL)

Desde principios de los años setenta el congelamiento de los precios de los productos agrícolas para favorecer a la industrialización había golpeado a la producción agrícola, haciendo descender su productividad y eficiencia al punto que ya no producíamos el maíz que necesitábamos. Este déficit dio lugar a las importaciones de granos básicos que alcanzo puntos alarmantes. En 1975, por ejemplo, se importaron más de 2 millones y medio de toneladas de maíz y más de 87 mil de trigo.

El panorama alimentario, en cuanto a deficiencias y rezagos causantes de desnutrición en la población, se vio agravado por la dependencia alimentaria o incapacidad de producir los granos básicos que consumíamos como país. Esto llevo a los gobiernos a tomar medidas exclusivas para atender dichos problemas. Se crearon programas específicos destinados especialmente a los sectores pobres de México como los ya citados PIDER y COPLAMAR.

Con el neoliberalismo estos tipos de programas fueron desacreditados. Se les consideró típicos programas de gobiernos populistas que distorsionaban el mercado y propiciaban la excesiva intervención de estados en la economía, acarreando gastos gubernamentales que derivaban en déficit fiscal. Por ello, prácticamente fueron barridos. Solo algunas otras instituciones de ese entonces, como la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), permanecieron funcionando por un tiempo más hasta su liquidación en 1999.

Con la crisis de la economía mexicana en general y el desgaste de la agricultura, se incremento la pobreza y la deficiencia alimentaria entre la población. Sin los recursos de las ventas de petróleo los planes para recapitalizar el campo se vinieron para abajo. Así que le gobierno creo un programa especial con la lógica neoliberal de combate a la pobreza. Este fue el PRONAL que tenía como objetivos: recuperar la soberanía alimentaria, adecuar la estructura productiva a las demandas de consumo, mejorar la distribución de alimentos, proteger el ingreso y, en términos de fondo, alcanzar las condiciones de alimentación y nutrición que permitiesen desarrollar sus capacidades y potencialidades a cada mexicano.

Pero el PRONAL resulto poco relevante. Para el caso alimentario, específicamente, los estudios sobre la población mexicana desnutrida demostraron que no hubo avances. Por ejemplo, al finalizar el sexenio se calculo que 33 millones de mexicanos (40% de la población) presentaban algún nivel de desnutrición. Siendo los mas afectados niños en edad preescolar, ancianos e indígenas.

Y para el caso de la producción de granos básicos, el PRONAL tampoco tuvo éxito. Los apoyos a la producción agropecuaria fueron insuficientes y no revirtieron la tendencia a la baja en su producción. En los primeros tres años del sexenio la tasa de crecimiento agropecuario se mantuvo por debajo del de la población, y en los últimos 3 fue negativa (menos de 0). Al contrario, la compra de maíz a EUA se fue incrementando hasta convertirse en una situación regular.

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